miércoles, 20 de abril de 2011

OFICIO PEREGRINANTE

He aprendido que hay que estar en movimiento, que la mejor imagen para entender y entenderse es caminar. Caminar es, como la literatura, no conformarse con la realidad, pero también es la humildad de fluir, ensayar con paciencia pero sin dejar de disfrutar y explorar con la ambición más profana: la curiosidad libre (la propia).
“Antiguos navegantes tenían una frase gloriosa: navegar es necesario, vivir no es necesario (…). Vivir no es necesario, lo necesario es crear.” (Pessoa). Más allá de un rostro y de una posición, el periodista tiene un oficio y su oficio resplandece si logra narrar haciendo útil, proporcionando mundos posibles, verosímiles sí pero no necesariamente existentes. El periodismo por estar al otro lado del poder, por tener que ubicarse por fuera del establecimiento para cumplir con su función de reportería a toda costa, es como diría Mangabeiro una labor de imaginación. Aunque el periodismo trabaja con base en la realidad, la realidad incluye lo imaginario, lo real y lo simbólico y su proceso de iluminarla y de contrastarla es un peregrinaje creativo.

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